¿Que hechos ocurrieron la semana en Jesús murió?

Según algunos estudiosos, el año de la muerte de Jesús lo podríamos situar en el 32 d.C., con el argumento de que la fiesta de Pentecostés de los Hechos de los apóstoles (Act 1:122:41) encaja en ese año mejor que en ningún otro.

la ultima cena - leonardo da vinci
El viaje a la Pascua de la muerte lo emprendió Jesús desde su retiro.Juan habla de Efraím (Jn 11:54), mientras que por Lc 17:11 deduciríamos que venía más del norte. El viaje lo inició Jesús aproximadamente dos semanas antes de la Pascua. 
El viernes amterior al viernes de su muerte, debió de trasladarse de Jericó a Jerusalén, donde permanecería o en su refugio habitual del monte de los Olivos o en casa de Lázaro.
Como quiera que fuese, el sábado se encontraba en Betania, donde sin duda acudió por la mañana a la sinagoga; la comida del sábado después del servicio religioso la hizo en casa de Simón el Leproso, donde lo ungió María (Jn 12:18).
“Al día siguiente” (Jn 12:12), es decir, el primer día de la semana, el que ahora llamamos “domingo,” y que fue el llamado Domingo de ramos, marchó Jesús a Betfagé, camino de Jerusalén. Durante ese camino empezó el homenaje mesiánico que le tributaron (Lc 19:2840); antes de que la procesión descendiera al valle, es decir, todavía sobre el monte de los Olivos, pronunció Jesús su lamentación sobre Jerusalén (Lc 19:41-44). Tras la solemne recepción en Jerusalén marchó Jesús al templo y probablemente con esa primera visita después de su entrada en la capital hay que relacionar “la (segunda) purificación del templo.”
Después de la entrada en JerusalénDurante los días que siguieron — desde el domingo al miércoles — hay que situar estos hechos: la trampa que le tienden a Jesús con la cuestión del tributo (Mt 22:1521 y paralelos) y el enfrentamiento con los saduceos a propósito de la resurrección (Mt 22:2333 y par.); así mismo la trampa que le tienden al reclamar su opinión acerca de la mujer adúltera (Jn 8:111).
Mateo, siguiendo su esquema centralizador, agrega aquí una serie de discursos y parábolas de Jesús, pero que en parte debió de pronunciarlas antes de estas fechas: respuesta de Jesús a la pregunta acerca del mandamiento principal (Mt 22:34-40), réplica de Jesús sobre el Mesías (Mt 22:41-46), advertencia contra los fariseos (Mt 23:136), la parábola del banquete de las bodas reales (Mt 22:1-14), el discurso sobre el fin del templo y el final del tiempo (Mt 24:151), la parábola de las diez vírgenes (Mt 25:1-13), la parábola de los talentos (Mt 25:14-30), y el discurso sobre el juicio final (Mt 25:31-46).
Jueves y viernes de la semana de la pasión de Jesús. Presentan en general la problemática de que los acontecimientos se amontonan. Por ello ha habido siempre estudiosos que han intentado evitar ese amontonamiento de sucesos — que por lo demás no lo imponen todos los Evangelios — distribuyéndolos desde la tarde del martes hasta la tarde del viernes. Y así proponen, por ejemplo, poner la celebración de la última cena en la noche del martes. Mas como esa nueva cronología todavía sigue discutiéndose vivamente, y dado que la cronología tradicional cuenta también con sus posibilidades de crédito, aquí vamos a tener en cuenta dicha cronología tradicional reservando los sucesos para el jueves y el viernes santos.
Según esta cronología tradicional, la tarde del jueves celebró Jesús la cena pascual con sus apóstoles. Hacia el mediodía envió Jesús a Pedro y a Juan desde el monte de los Olivos a la ciudad para que preparasen allí la cena pascual. En el caso de que Jesús celebrara el banquete de Pascua con un cordero, debió de tenerlo ya reservado. Inmediatamente Pedro y Juan marcharon al templo para degollar allí el cordero. En el caso de que Jesús celebrara el banquete pascual sin cordero, lo único que tenían que hacer los discípulos era preparar las cosas necesarias en la misma casa en que iban a cenar; también allí habrían degollado y preparado un cordero, pero no el cordero pascual.
Al caer la tarde entró Jesús con sus acompañantes en la ciudad. La cena se prolongó hasta la medianoche. Es posible que Jesús se encaminase después con sus discípulos al templo, que ese día permanecía abierto desde la medianoche. Desde el templo, o directamente desde la casa del banquete, cruzó el valle del Cedrón y se encaminó al monte de los Olivos.
Por lo que hace a la cronología, la marcha de Judas Iscariote crea una dificultad. Si, como cabría suponer, abandonó la sala del festín ya antes de iniciar el banquete, todavía era lo bastante temprano como para que hubiera conducido al comando que detendría a Jesús hasta la misma sala del convite, cosa que Jesús habría querido impedir enviando por delante a Pedro y a Juan. De hecho Judas condujo al comando hasta el monte de los Olivos. Hemos de resignarnos a esa dificultad cronológica.
Al monte de los Olivos llegó Jesús con sus discípulos al filo de la medianoche o — si antes se había encaminado al templo — hacia la una de la madrugada. Aproximadamente una hora después — entre la una y las dos — llegó el comando judeo-romano para prender a Jesús.
La sesión en casa del sumo sacerdote, con la primera condena de Jesús, debió de celebrarse entre las dos y las tres de la madrugada. No era necesario que durase mucho, y podría haber terminado una hora después aproximadamente; eso coincidiría con el “canto del gallo” al que se alude en la negación de Pedro.
“Cuando se hizo de día” (Lc 22:66) se celebró en el templo la segunda sesión del gran consejo; pongamos que hacia las 7 de la mañana. La discusión violenta con Pilato, la conducción del prisionero al palacio de Herodes, su devolución a Pilato, la flagelación, los intentos de Pilato para dejarle libre y la condena final debieron desarrollarse entre las 8 y las 12 de la mañana. “Era la parasceve de la Pascua, y la hora alrededor de la sexta” cuando Pilato pronunció la sentencia, según dice Jn 19:14.
La crucifixión puede situarse hacia las 13 horas; correspondería a esa hora el episodio de Simón de Cirene, que muy bien podría haber regresado del campo a dicha hora, antes del calor más fuerte del día, en la primera hora de la tarde. Cuando los Sinópticos dicen que entre la hora sexta y la hora nona se extendieron las tinieblas sobre la tierra (Mc 15:33) — refiriéndose sin duda alguna al tiempo que Jesús padeció en la cruz —, tendríamos una nueva coincidencia, pues que en el cómputo popular del tiempo la expresión “hora sexta” comprendía también las horas siguientes a la misma.
Desde la tarde del viernes hasta el domingo. Es un período de tiempo que plantea menos problemas para una cronología, que casi puede establecerse al minuto.
En las primeras horas de la tarde (hacia las 14 horas) del viernes los acusadores de Jesús abandonan el Gólgota para obtener de Pilato el mandato de retirar los cadáveres de los crucificados; están convencidos de que todo se desarrollará según el uso romano: quebrantamiento de los huesos, deposición de la cruz, incineración de los cadáveres. Todo ello bajo la supervisión y control de los soldados que habían llevado a término la ejecución.
Hacia las 15 horas, “al caer la tarde,” murió Jesús. Inmediatamente José de Arimatea se presentó a Pilato para pedirle el cadáver de Jesús. En el ínterin interviene el comando que baja los cadáveres del patíbulo, pero no rompen las piernas de Jesús, porque ya estaba muerto, ni se llevan su cadáver.
Al regreso de José de Arimatea algunos hombres bajan de la cruz el cuerpo de Jesús, lo lavan, lo embalsaman — en la medida en que lo permitían las prisas —, presenciándolo todo las mujeres a unos pasos de allí al tiempo que lo lloraban. Cuando oscurecía, el cuerpo de Jesús estaba ya colocado en la sepultura de José de Arimatea, y se hizo girar una piedra sobre la entrada. Al llegar la noche todos abandonaron el lugar de la sepultura.
Entretanto los acusadores de Jesús habían preparado su pascua, entre las 15 y las 18 horas. Al comenzar la noche pascual — hacia las 18 horas — se fueron a sus casas a celebrarla o, en el caso de los fariseos, al centro de la asociación. Avanzada ya la noche del banquete pascual tuvieron noticias del curso real de las cosas: que el cadáver de Jesús había sido entregado a José de Arimatea. Durante la noche aún celebraron consejo sobre la nueva situación. En la mañana del sábado una delegación parlamenta con Pilato y le ruega que ponga guardias en la tumba. Y esa misma mañana un cuerpo de guardia vigila la tumba y el cadáver. La custodia del sepulcro por cuatro soldados romanos se mantiene desde la mañana del sábado hasta las primeras horas de la madrugada del domingo o primer día de la semana. Cuando las mujeres acudieron al sepulcro, los soldados habían huido.
Fuentes:

Cronología de la vida de Jesús


Como notarán en el siguiete escrito, los años estan marcados por la sigla A.U.C., que significa Ab urbe condita (también AUC o a. u. c.) es una expresión latina que significa ‘desde la fundación de la Ciudad (de Roma)’, que se sitúa conforme al cálculo de Marco Terencio Varrón en el tercer año de la sexta olimpiada, en el año 753 a. C., aunque se manejaban también otras fechas, como el primer año de la séptima olimpiada según Marco Porcio Catón, «el Viejo». Por lo tanto, el año 1 de la era cristiana equivale al año 754 ab urbe condita. Esta expresión era utilizada por los ciudadanos de Roma para contar los años, aunque no era la única fecha de la que partían, pues también podían contarse los años post reges exactos, es decir, desde la expulsión de los reyes y la creación de la república.

El sistema estuvo en uso hasta el pontificado del Papa San Hormisdas (514-523), cuando el monje Dionisio el Exiguo calculó las fechas del ciclo pascual a partir de la fecha de la encarnación de Cristo, fijada por él en el 754 de la fundación de Roma. El nuevo sistema de cómputo no se generalizó hasta el reinado de Carlomagno y aún después en algunas antiguas regiones del Imperio como Hispania, donde la Era Hispánica o augustea se mantuvo en vigor.


A. La Infancia de Jesús



Por ejemplo, la historia de la infancia está registrada solamente en el Primer y el Tercer Evangelios. Cada Evangelista se contenta con señalar cinco hechos: San Mateo describe el nacimiento de Jesús, la adoración de los Magos, la huída a Egipto, la matanza de los Santos Inocentes, y el regreso a Nazareth. San Lucas nos da un bosquejo del nacimiento, de la adoración de los pastores, de la circuncisión, de la purificación de la Vírgen, y del regreso a Nazareth. Ambos evangelistas coinciden en el primero y en el último de estas series de acontecimientos (por sobretodo, los estudiosos colocan al nacimiento, la adoración de los pastores y la circuncisión antes de los Magos), pero ¿cómo vamos a ordenar estos tres eventos presentados por San Mateo según el órden dado por San Lucas? Indicamos algunas de las formas en las que estas secuencias cronológicas han sido arregladas.

1. El nacimiento, la adoración de los pastores, la circuncisión, la adoración de los Magos, la huída a Egipto, la matanza de los Inocentes, la purificación, el regreso a Nazareth. Este orden implica que, o la purificación se retrasó más allá del día catorce, lo cual contradice a Lucas 2,22ss., o que Jesús nació muy poco tiempo después de la muerte de Herodes, de tal forma que la Sagrada Familia pudo regresar de Egipto dentro de los catorce días después del nacimiento de Jesús. La tradición no apoya este rápido regreso desde Egipto.


2. El nacimiento, la adoración de los pastores, la circuncisión, la adoración de los Magos, la purificación, la huída a Egipto, la matanza de los Inocentes, el regreso a Nazareth. Según este orden, los Magos o bien llegaron unos pocos días antes de la purificación o lo hicieron el 6 de enero; pero en ninguno de los casos podemos entender por qué la Sagrada Familia hubiera ofrecido el sacrificio de los pobres después de haber recibido las ofrendas de los Magos. Además, el primer Evangelista dice que el ángel se le apareció a José inmediatamente después de que se marcharon los Magos, y no es poco probable que Herodes hubiese esperado bastante antes de preguntar sobre los pormenores del nacimiento del rey. Estas dificultades no se allanan sencillamente por poner la adoración de los Magos el día antes de la purificación; es muy poco probable en ese caso que la Sagrada Familia hubiese ofrecido el sacrificio de los pobres.


3. Debido a que Lucas 2,39 parece excluir la posibilidad de ubicar la adoración de los Magos entre la presentación y el regreso a Nazareth, están los que interpretan el haber localizado el adviento de los magos, la huída a Egipto, la matanza de los Inocentes, y el regreso desde Egipto después de los hechos contados por San Lucas. Están de acuerdo en que la Sagrada Familia volvió a Nazareth después de la purificación, y que entonces salió de Nazareth para establecer su hogar en Belén. Eusebio, Epifanio y otros escritores antiguos desean ubicar la adoración de los Magos dentro de los siguientes dos años después del nacimiento de Cristo; Paperbroch y sus seguidores permiten un año y trece días entre el nacimiento y la llegada de los Magos; mientras tanto Patrizi está de acuerdo con aquellos que sitúan el adviento de los Magos en unas dos semanas después de la purificación. El texto de Mateo 2, 1, 2, dificilmente permite un intervalo de más de un año entre la purificación y la llegada de los Magos; la opinion de Patrizi parece satisfacer todos los datos dados por los Evangelios, sin contradecir lo que ha agregado la tradición.


B. La Vida Oculta de Jesús 



Fue en el aislamiento en Nazareth que Jesús pasó la mayor parte de Su vida terrena. Los escritos inspirados son muy retiscentes sobre este período: Lucas, 2,40-52; Marcos 6,3; Juan 6,42; 7,15, son los únicos pasajes que se refieren a la vida oculta. Algunos de ellos nos dan una visión general de la vida de Cristo: "El niño crecía y se fortalecía lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba en Él" es una breve reseña de los años que siguen al regreso de la Sagrada Familia después de la ceremonía de la purificación en el Templo. "Jesús crecía en sabiduría y edad y gracia ante Dios y ante los hombres ", y Él "les estaba sujeto" forman el marco inspirado de la vida de Cristo en Nazareth después de que cumplió los doce. "Cuando era ya de doce años " Jesús acompañó a Sus padres a Jerusalén, "según el rito festivo"; "y volverse ellos, acabados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo echasen de ver." "Al cabo de tres días le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, oyéndolos y preguntándoles." Fue en esta ocasión en que Jesús menciona las únicas palabras que tenemos del período de Su vida oculta: "¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es preciso que me ocupe en las cosas de mi Padre?" Los judíos nos cuentan que Jesús no pasó por el aprendizaje de las escuelas rabínicas: "¿De dónde le vienen a éste tales cosas?". 


La misma pregunta es hecha por la gente de Nazareth quien agrega: "¿No es acaso el carpintero?" San Justino es una autoridad para la declaración que Jesús hizo especialmente sobre "arados y yugos" (Contra Tryph., 88). Aunque no haya certeza de que en época de Jesús existieran escuelas primarias en las villas judías, podemos inferir de los Evangelios que Jesús sabía cómo leer (Lucas 4,16) y escribir (Juan 8,6). Debe de haber aprendido a una edad temprana el también llamado Shema (Deut. 6,4), y el Hallel, o Salmos 113-118 (Hebr.); también debe de haber estado familiarizado con otras partes de las Escrituras, especialmente con los Salmos y con los Libros Proféticos, ya que contantemente se refiere a ellos en Su vida pública. Se asevera también que Palestina, en tiempos de Jesucristo, prácticamente era bilingüe, por lo que Cristo debe haber hablado arameo y griego; las indicaciones de que Él estaba familiarizado con el hebreo y el latín son insignificantes. La enseñanza pública de Jesús demuestra que era un atento observador de las cosas y sonidos de la naturaleza, y de los hábitos de todas las clases de hombres. Ya que eran las fuentes usuales de Sus enseñanzas. Para concluir, la vida oculta de Jesús que se extiende a través de treinta años es bastante diferente de la que uno habría de esperar en el caso de una Persona Quien es adorado por Sus seguidores como su Dios y reverenciado como su Salvador; esta es una prueba indirecta de la credibilidad de la historia Evangélica.

C. La Vida Pública de Jesús: Su Duración 



La cronología de la vida pública ofrece ciertos problemas al que la interpreta; tocaremos solamente dos de esos problemas: la duración de la vida pública y los viajes sucesivos durante la misma. Existen dos opiniones opuestas respecto a la duración del ministerio de Jesús: San Ireneo (Contra Haer., II, xxii, 3-6) parece sugerir un período de quince años; las frases proféticas, "un año de desquite", "el año de mis redimidos" (Is., 34,8; 63,4), parece que indujeron a Clemente de Alejandría, a Julio el Africano, a Filastro, a Hilario y a dos o tres escritores patrísticos más a dar una duración de un año a la vida pública. Esta última opinión encontró algunos seguidores entre estudiosos recientes: von Soden, por ejemplo, defiende este punto de vista en la "Encyclopaedia Biblica" de Cheyne. Pero el texto Evangélico demanda una duración mayor. El Evangelio de San Juan menciona tres pascuas diferentes en la historia del ministerio de Cristo (2,13; 6,4; 11,55). La primera de las tres fue poco después del bautismo de Jesús; la última coincide con Su Pasión, por lo tanto deben de haber transcurrido dos años entre ambos eventos para darnos el espacio necesario para la pascua que se menciona en 6,4. Westcott y Hort omiten la expresión "la pascua" en 6,4 para comprimir el ministerio de Jesús a un año; pero todos los manuscritos, todas las versiones y casi todos los Padres testifican en base a la lectura que dice "En de eggysto pascha heeorteton Ioudaion": "Estaba cercana la Pascua, la fiesta de los judíos". Hasta aquí entonces, todo tiende a favorecer el punto de vista de aquellos escritores y de los comentaristas más recientes quienes extienden el período del ministerio de Cristo a un poco más allá de los dos años.

Pero al hacer una comparación entre el Evangelio de San Juan con los Evangelistas Sinópticos, parece ser que se introduce otra pascua más en la vida pública de Cristo, mencionada en el Cuarto Evangelio. Juan 4,45 relata el regreso de Jesús a Galilea después de la primera pascua de Su vida pública en Jerusalén, y el mismo evento es contado en Marcos 1,14, y en Lucas 4,14. La pascua mencionada en Juan 6,4 tiene su paralelo con la "hierba verde" de Marcos 6,39, y en la multiplicación de los panes en Lucas 9,12ss. Pero la arrancada de espigas contada en Marcos 2,23 y en Lucas 6,1 implica otra estación pascual entre las que expresamente se mencionan en Juan 2,13 y en 6,4. Esto nos muestra que la vida pública de Jesús se debe haber extendido por un período de cuatro pascuas, es decir que debe haber durado tres años y unos pocos meses más. Aunque el Cuarto Evangelio no indica esta cuarta pascua en una forma tan clara como lo hace con las otras tres, no está totalmente callado respecto a ella. La "fiesta de los judíos" que se menciona en Juan 5,1 ha sido identificada con la Fiesta de Pentecostés, la Fiesta de los Tabernáculos, la Fiesta de la Expiación, la Fiesta de la Luna Nueva, la Fiesta de Purim, la Fiesta de la Dedicación, por varios comentaristas; otros mientras tanto confiesan que no son capaces de determinar a cuál de las fiestas judías se refiere ese pasaje. Casi todas estas dificultades desaparecerían si ese día de fiesta fuera visto como la pascua, en la forma que tanto el texto (heorte) como Juan 4,35 parecieran pedir (cf. Dublin Review, XXIII, 351 sqq.).


D. La Vida Pública de Jesús: Sus Viajes


Se pueden clasificar los viajes que hizo durante Su vida pública en nueve grupos: los seis primeros se efectuaron principalmente en Galilea y tuvieron a Cafarnaúm como su punto central; los últimos tres llevan a Jesús hacia Judea sin ningún punto central de referencia. No podemos entrar en medio de las disputas relacionadas con los incidentes ocurridos en los diferentes grupos.


1. Primer Viaje. Diciembre, A.U.C. 778 - Primavera, 779. (Cf. Juan 1 y 2; Mateo 3 y 4; Marcos 1; Lucas 3 y 4) Jesús abandona Su vida oculta en Nazareth, y va a Betania al otro lado del Jordán, en donde es bautizado por Juan y recibe el primer testimonio del Bautista hacia Su misión Divina. Se retira entonces hacia el desierto de Judea, en donde ayuna durante cuarenta días y es tentado por el diablo. Después de esto se queda viviendo cerca de la zona en donde se lleva a cabo el ministerio del Bautista y ahí recibe el segundo y el tercer testimonio, y en donde gana a Sus primeros discípulos con quienes viaja a las bodas de Caná en Galilea, en donde realiza Su primer milagro. Finalmente, transfiere Su residencia, en la medida en que podamos decir que tiene residencia en Su vida pública, a Cafarnaúm, una de las vías principales de comercio y viajes de Galilea.


2. Segundo Viaje. Pascua, A.U.C. 779 - cerca de Pentecostés, 780. (Cf. Juan 2-5; Marcos 1-3; Lucas 47; Mateo 4-9) Jesús va de Cafarnaúm a Jerusalén para la Fiesta de la Pascua; aquí, expulsa a los compradores y vendedores del Templo, y es cuestionado por las autoridades judías. Muchos creían en Jesús, y Nicodemo viene para conversar con Él durante la noche. Después de los días de fiesta, permanece en Judea hasta el siguiente diciembre, y durante este tiempo recibe el cuarto testimonio de Juan quien estaba bautizando a Ennon (A.V. Aenon). Cuando el Bautista es hecho prisionero, Jesús regresa a Galilea por el camino de Samaria en donde se encuentra con la mujer samaritana en el pozo de Jacob, cerca de Sicar; permanece en este lugar dos días, y muchos creyeron en Él. Inmediatamente después de Su regreso a Galilea encontramos a Jesús nuevamente en Caná, en donde un cortesano le ruega por la recuperación de su hijo moribundo en Cafarnaúm. El rechazo que la gente de Nazareth tiene hacia Jesús, si ocurrió en este momento, como San Lucas entrevee, o posteriormente, como parece demandar San Marcos, o bien ahora y unos ocho meses después, es un problema exegético que no podemos resolver aquí. De todas formas, poco después Jesús se involucra activamente en Cafarnaúm enseñando y curando a los enfermos, entre ellos a la suegra de Pedro y a un endemoniado. En esta ocasión llama a Pedro y a Andrés, a Santiago y a Juan.

Continúa entonces con una gira misional a través de Galilea durante la cual curó a un leproso; pronto vuelve a enseñar en Cafarnaúm y es rodeado por una multitud tal que un hombre paralítico tiene que ser bajado a través del techo para poder llegar ante la Sagrada Presencia. Después de llamar a Mateo al Apostolado, Jesús va a Jerusalén para la segunda Pascua de Su vida pública y fue en esta ocasión, cerca de la piscina de Jerusalén, que curó a un hombre que había estado enfermo durante treinta y ocho años. La acusación de violar el sábado y la respuesta de Cristo son los efectos naturales del milagro. La misma acusación se repite poco después de la Pascua; Jesús ha regresado a Galilea y los discípulos arrancaron algunos granos maduros de los campos de trigo. El cuestionamiento se hace más fuerte en el futuro inmediato; Jesús ha regresado a Cafarnaúm y allí sana en sábado a un hombre que tenía una mano seca. Los fariseos hacen ahora una causa común con los herodianos para "destruirle". Jesús se marcha primero al Mar de Galilea en donde enseña y realiza muchos milagros; se retira entonces a la Montaña de las Bienaventuranzas, en donde ora durante la noche, escoge a Sus doce Apóstoles en la mañana, y predica el Sermón de la Montaña. Es traído de regreso a Cafarnaúm por las plegarias del centurión quien le pide y obtiene la curación de su sirviente.

3. Tercer Vaje. Cerca de Pentecostés, A.U.C. 780- Atoño, 780. (Cf. Lucas 7,8; Marcos 3,4; Mateo 4,8,9,12,13) Jesús hace otra gira misional a través de Galilea; resucita al hijo de la viuda de Naín, y poco después recibe a los mensajeros enviados por Juan desde su prisión en Machaerus. Sigue entonces la escena de la recepción misericordiosa de la pecadora que unta los pies del Señor mientras descansa a la mesa en Magdala o, quizá, en Cafarnaúm; durante el resto de Su gira misional es seguido por unas mujeres piadosas quienes atienden las necesidades de los Apóstoles. Después de regresar a Cafarnaúm, Jesús expulsa al demonio mudo, es acusado por los fariseos de expulsar demonios con la ayuda del príncipe de los demonios, y enfrenta las protestas de Sus parientes. Retirándose al mar, predica lo que puede ser llamado el "Sermón del Lago", que consiste de siete parábolas.


4. Cuarto Viaje. Otoño, A.U.C. 780- acerca de Pascua, 781. (Cf. Lucas 8,9; Marcos 4-6; Mateo 8,9,10,13,14) Después de un laborioso día de ministerio en la ciudad de Cafarnaúm y en el lago, Jesús con Sus Apóstoles cruza las aguas. Como una fuerte tormenta cae sobre ellos, los asustados Apóstoles despiertan a su Maestro, quien calma a los vientos y a las olas. Hacia la mañana, se encuentran con un endemoniado en el país de los gerasenos, al este del lago. Jesús expulsa los espíritus malignos, pero les permite entrar en una piara de puercos. Las bestias se autodestruyen en las aguas del lago, y los asustados habitantes ruegan a Jesús que no se quede ya entre ellos. Después de regresar a Cafarnaúm sana a la mujer que había tocado Su túnica, resucita a la hija de Jairo y devuelve la vista a dos ciegos. El segundo Evangelio ubica en este lugar la última visita de Cristo y el rechazo por parte de la gente de Nazareth. Sigue entonces el ministerio de los Apóstoles quienes son enviados de dos en dos, mientras que el mismo Jesús hace otra gira misional a través de Galilea. Parece que fue el martirio de Juan el Bautista que hace que regresen y se reúnan los Apóstoles alrededor del Maestro en Cafarnaúm. Pero, por muy depresivo que este suceso pueda haber sido, no aminoró el entusiasmo de los Apóstoles sobre los éxitos logrados.


5. Quinto Viaje. Primavera, A.U.C. 781. (Cf. Juan 6; Lucas 9; Marcos 6; y Mateo 14) Jesús invita a los Apóstoles, cansados de sus labores misioneras, a descansar un rato. Cruzan la parte norte del Mar de Galilea pero, en lugar de encontrar el tan ansiado descanso, encuentran multitudes que les han precedido por tierra o en barca, y que están ansiosas de ser instruídas. Jesús les enseña a lo largo del día, y hacia la tarde, no desea dejarlas ir hambrientas. Por otro lado, solamente había cinco hogazas de pan y dos pescados a disposición de Jesús; después de Su bendición, estos escasos alimentos satisfacen el hambre de cinco mil hombres, además de las mujeres y los niños, y las sobras llenan doce canastas. Jesús envió a los Apóstoles de regreso a sus barcas y Él escapa de las multitudes entusiastas que deseaban hacerLe rey, hacia la montaña en donde oró hasta bien entrada la noche. Mientras tanto, los Apóstoles se enfrentan con viento en contra hasta la cuarta vigilia de la noche, cuando ven a Jesús caminando sobre las aguas. Al principio los Apóstoles tienen miendo, y entonces reconocen a Jesús; Pedro camina sobre las aguas meintras dura su confianza; cuando Jesús sube a la barca, la tomenta cesa. Al siguiente día, Jesús y Sus Apóstoles llegan a Cafarnaúm, en donde Él habla a la asamblea sobre el Pan de Vida y promete la Santa Eucaristía, resultando que algunos de sus seguidores Le dejan, mientras que la fe de Sus verdaderos discípulos se fortalece.


6. Sexto Viaje. Desde aproximadamente mayo, A.U.C. 781 a septiembre, 781. (Cf. Lucas 9; Marcos 7-9; Mateo 14-18; Juan 7) Puede ser que debido a la enemistad que se generó en contra de Jesús por su discurso Eucarístico en Cafarnaúm, el que haya iniciado una gira misionera más extensa que las que había hecho en años anteriores. Pasando a través del país de los gerasenos, expresa su desaprobación hacia las prácticas fariseicas sobre la pureza legal. Dentro de los límites de Tiro y Sidón, exorciza a la hija de la mujer siriofenicia. Desde aquí Jesús viaja primero hacia el norte, luego hacia el este, va hacia el sudeste a través de la parte norte de la Decápolis, probablemente cerca del Líbano, hasta que llega a la parte oriental de Galilea. Mientras se encuentra en la Decápolis, sana a un sordo y tartamudo empleando un ceremonial más elaborado que el que había utilizado para cualesquiera de sus milagros anteriores; en el lado oriental de Galilea, probablemente no muy lejos de Dalmanutha y de Magedan, alimenta a cuatro mil hombres, además de niños y mujeres, con siete panes y unos pocos peces, llenando siete canastas con las sobras. Las multitudes han oído durante tres días las enseñanzas de Jesús, previamente al milagro. Pese a las muchas curaciones hechas por Jesús durante su viaje: al ciego, al sordo, al cojo, al lisiado, y a tantos otros, los fariseos y los saduceos le piden por una señal del cielo, tentándole. Les promete el signo del Profeta Jonás. Después que Jesús y los Apóstoles han cruzado el lago, Él les advierte que tengan cuidado del fermento de los fariseos; pasan entonces a través de Betsaida en donde devuelve la vista a un ciego. Hallamos entonces a Jesús en los confines de Cesarea de Filipo, en donde Pedro profesa su fe en Cristo, en el Hijo del Dios Vivo, y en reciprocidad recibe de Jesús la promesa del poder de las llaves. Aquí, Jesús predice Su pasión, y aproximadamente una semana después es transfigurado delante de Pedro, de Santiago y de Juan, posiblemente en la cima del monte Tabor. Descendiendo de la montaña, exorciza al demonio mudo que Sus discípulos no habían sido capaces de expulsar. Va hacia Cafarnaúm, predice por segunda vez Su pasión y en la ciudad paga el tributo por Él y por Pedro. Esto ocasiona la discusión sobre el más grande en el reino de los cielos, y todos los discursos relacionados. Por último, Jesús rechaza la invitación de sus hermanos de ir a la Fiesta de los Tabernáculos en Jerusalén.


7. Séptimo Viaje. Septiembre, A.U.C. 781- Diciembre 781. (Cf. Lucas 9-13; Marcos 10; Mateo 6, 7, 8, 10, 11, 12, 24; Juan 7-10) Jesús ahora se dirige decididamente hacia Jerusalén, los samaritanos le niegan hospitalidad, y debe de irse hacia el lado este del Jordán. Mientras se halla aún en Galilea, rechaza el discipulado de varios candidatos sin entusiasmo, y más o menos en el mismo tiempo envía a otros setenta y dos, de dos en dos, para que le precedan en cada ciudad y sitio a donde Él va a llegar. Probablemente, en la parte baja de Perea, los setenta y dos regresan con alegría, regocijándose en el poder milagroso que había sido ejercido por ellos. Debe haber sido en la vecindad de Jericó en donde Jesús contestó la pregunta del doctor de la Ley, "¿Y quién es mi prójimo?" en relación con la parábola del Buen Samaritano. Luego Jesús es recibido en la hospitalaria casa de María y de Marta, en donde declara que María ha escogido la mejor parte. De Betania fue a Jerusalén para la Fiesta de los Tabernáculos, donde se involucra en discusiones con los judíos. Los Escribas y los Fariseos se esfuerzan por probarlo cuando le piden que se pronuncie en el caso de la mujer encontrada en adulterio. Habiendo Jesús evitado la trampa, continúa sus discusiones con los judíos hostiles. Su enemistad se intensifica cuando Jesús devuelve la vista a un ciego en día sábado. Jesús parece tener su estancia en Jerusalén con el hermoso discurso del Buen Pastor. Poco después enseña a Sus Apóstoles el Padre Nuestro, probablemente en algún lugar del Monte de los Olivos. En un viaje misional subsecuente a través de Judea y de Perea, Se defiende contra los ataques de los fariseos, y reprueba su hipocresía. En el mismo viaje, Jesús advierte contra la hipocresía, la codicia, las cosas del mundo; exhorta a estar atentos, a tener paciencia ante las contradicciones, y a la penitencia. Más o menos por esta época, sana a la hemorroísa.


8. Octavo Viaje. Diciembre, A.U.C. 781-Febrero, 782. (Cf. Lucas 13-17; Juan 10,11) Jesús regresa otra vez a Jersualén para la Fiesta de la Dedicación, y se produce otra discusión con los judíos. Este episodio es seguido por otra gira misional a través de Perea, durante la que Jesús explica muchos puntos doctrinales importantes: el número de los escogidos, el lugar que uno ocupa a la mesa, la elección de los invitados, la parábola del banquete, resolución en el servicio de Dios, las parábolas de las cien ovejas, de la dracma perdida, y del hijo pródigo, del administrador infiel, de epulón y Lázaro, del mal siervo, además de la obligación de la corrección fraterna, y la eficacia de la fe. También durante este período intentaron los fariseos asustar a Jesús con la amenaza de la persecución de Herodes; por su parte, Jesús sana a un hombre con hidropesía, en sábado, mientras está a la mesa en la casa de un príncipe de los fariseos. Finalmente, María y Marta envian mensajeros a Jesús, pidiéndole que vaya a curar a su hermano Lázaro; Jesús fue después de dos días, y resucita a Su amigo quien había estado durante varios días en la tumba. Los judíos se exasperan con este milagro, y decretan entonces que Jesús debe morir por la gente. Se retira entonces "a una región próxima al desierto, a una ciudad llamada Efrem".


9. Noveno Viaje. Febrero, A.U.C. 782- Pascua, 782. (Cf. Lucas 17-22; Marcos 10, 14; Mateo 19-26; Juan 11, 12) Este último viaje lleva a Jesús hacia el norte desde Efrem, a través de Samaria; luego hacia el este a lo largo de la frontera de Galilea, hacia Perea; entonces hacia el sur a través de Perea; hacia el oeste a través del Jordán; a través de Jericó; Betania en el Monte de los Olivos; Betsaida y, finalmente, hacia Jersualén. Mientras se encuentra en la parte norte de la gira, cura a diez leprosos; poco después, contesta las preguntas hechas por los fariseos respecto al reino de Dios. Urge entonces sobre la necesidad de la oración incesante a través de la parábola del juez inicuo; pertenece a este momento también la parábola del Fariseo y del Publicano, el discurso sobre el matrimonio, sobre la actitud de la Iglesia hacia los niños, sobre el uso correcto de las riquezas ilustrada por la historia del joven rico, y la parábola de los trabajadores de la viña. Después de iniciado Su camino hacia Jerusalén, predice Su Pasión por tercera vez; Santiago y Juan revelan su ambición, pero aprenden la verdad sobre la grandeza de la Iglesia.

En Jericó, Jesús sana dos ciegos, y recibe el arrepentimiento de Zaqueo el publicano; propone aquí la parábola de los talentos confiados a los sirvientes por su amo. Seis días antes de la pascua encontramos a Jesús en Betania en el Monte de los Olivos, como huésped de Simón el leproso; María unge Sus pies, y los discípulos, instigados por Judas, se indignan por este aparente desperdicio de perfume. 

Una inmensa multitud se junta en Betania, no solamente para ver a Jesús sino también a Lázaro; de aquí que los sacerdotes piensen también en matar a Lázaro. Al siguiente día Jesús entra triunfalmente en Jerusalén y es recibido por los gritos de Hosana de toda clase de gente. Por la tarde, se encuentra con una delegación de gentiles en el patio del Templo. El día lunes Jesús maldice a la higuera estéril, y durante la mañana expulsa a los compradores y vendedores del Templo. El martes, los discípulos se maravillan cómo de repente se ha secado la higuera y esto hace que el Maestro les instruya sobre la eficacia de la fe. Jesús responde a las preguntas de los enemigos respecto a Su autoridad; propone entonces la parábola de los dos hijos, de los viñadores infieles y de los invitados a la boda.
Sigue luego una triple trampa: los políticos preguntan si es legal pagar tributo al César; los saduceos le preguntan sobre esposa de quién es una mujer, después de la resurrección, quien ha tenido varios esposos; los téologos judíos proponen la pregunta: ¿cuál es el primer mandamiento, el gran mandamiento de la ley?; Jesús propone entonces Su última pregunta a los judíos: "¿Qué os parece de Cristo? ¿De quién es hijo?" Esto es seguido por las recriminaciones contra escribas y fariseos, y por la denuncia contra Jerusalén. Las últimas palabras de Cristo en el Templo fueron expresiones de elogio hacia la viuda pobre que ofreció dos óvolos a pesar de su pobreza. Jesús terminó ese día pronunciando las profecías sobre la destrucción de Jerusalén, Su segunda venida, y el juicio futuro; estas profecías son interrumpidas por la parábola de las diez vírgenes y de los talentos. Jesús predice nuevamente Su Pasión el día miércoles; probablemente fue el mismo día en que Judas llegó a un acuerdo con los judíos para traicionarLe.

E. La Pasíon de Jesús: su preparación


 



Jesús prepara a Sus discípulos para la Pasión, Se prepara a Sí mismo para la prueba, y Sus enemigos se preparan para destruirle.

1. Preparación de los Apóstoles. Jesús prepara a Sus Apóstoles para la Pasión comiendo el cordero pascual, con la institución de la Santa Eucaristía, con las ceremonias concomitantes, y con Sus largos discursos durante y después de la Última Cena. Debe hacerse una mención especial a la predicción de la Pasión, de la traición de uno de los Apóstoles y de la negación por otro. Pedro, Santiago y Juan están preparados en una forma particular por haber sido testigos del dolor de Jesús en el Monte de los Olivos.


2. Preparación de Jesús. Jesús debe haber tenido una preparación indirecta con todo lo que hizo y dijo para fortalecer a Sus Apóstoles. Pero la preparación que fue peculiarmente Suya consistió en Su oración en el huerto en donde el ángel vino a reconfortarlo. El que Sus Apóstoles favoritos hayan estado dormidos durante las horas de Su amarga lucha, deben haberLe preparado también para el completo abandono que pronto experimentaría.


3. Preparación de los enemigos. Judas deja al Maestro durnate la Última Cena. Los jefes de los sacerdotes y los fariseos juntan rápidamente una cohorte romana estacionada en el castillo de Antonia, del templo vigía judío, junto con oficiales del Templo. A ellos se agregan unos sirvientes y dependientes del sumo sacerdote, y una multitud de fanáticos con linternas y antorchas, con espadas y palos, quienes se movilizan bajo el liderazgo de Judas. Capturan a Jesús, le amarran, y le conducen a la casa del sumo sacerdote.


F. La Pasión de Jesús: el Juicio 



Jesús fue juzgado primero ante un tribunal eclesiástico y luego ante un tribunal civil.

1. Ante la Corte Eclesiástica. El juicio eclesiástico incluye la presencia de Cristo ante Anás, ante Caifás, y otra vez ante Caifás, quien al parecer actuó como cabeza del Sanedrín en cada caso. La corte judía encontró a Jesús culpable de blasfemia y Lo condenó a muerte, aunque los procedimientos seguidos fueron ilegales desde varios puntos de vista. Durante el juicio tuvo lugar la triple negación de Pedro; Jesús es insultado y se mofan de Él, especialmente entre la segunda y la tercera sesión; y después de Su condenación final, Judas se desespera y enfrenta su trágica muerte.


2. Ante la Corte Civil. El juicio civil consistió también de tres sesiones: la primera ante Pilato, la segunda ante Herodes y la tercera otra vez ante Pilato. Ante la corte de Pilato no se acusó de blasfemia a Jesús; sin embargo, Le acusan de alborotar al pueblo, de no querer dar tributo al César, y de ser rey. Pilate ignora los primeros dos cargos; y encuentra inofensivo al tercero cuando ve que Jesús no reclama la realeza en el sentido romano de la palabra. Pero, para no hacer que los líderes judíos le odien, decide enviar a su prisionero ante Herodes. Como Jesús no cedió ante la curiosidad de Herodes, se burlan de Él el Tetrarca de Galilea y su corte, y es enviado de regreso ante Pilato. El procurador romano declara inocente al prisionero por segunda vez pero, en vez dejarLe libre, da al pueblo la alternativa de escoger entre Jesús o Barrabás por tener que liberar a un prisionero debido a la Pascua. Pilato declara inocente a Jesús por tercera vez con la solemne ceremonia del lavado de sus manos; recurre así a un tercer esquema para librarse a sí mismo de pronunciar una sentencia injusta contra su prisionero. Ha azotado al prisionero, eliminando de ese modo, en la medida en que los medios humanos puedan hacerlo, toda esperanza de que Jesús haya podido lograr la dignidad real. Pero incluso este procedimiento falla, y Pilato permite que su ambición política prevalezca sobre su sentido de justicia; condena a Jesús a ser crucificado.


G. La Pasión de Jesús: su muerte 



Jesús lleva Su Cruz hasta el lugar de ejecución. Simón de Cirene es obligado a ayudarLe a compartir la pesada carga. En el trayecto, Jesús dirige sus últimas palabras a las mujeres que lloran al ver Su sufrimiento. Es clavado a la Cruz, sus vestimentas divididas y colocan una inscripción sobre Su cabeza. Mientras Sus enemigos se burlan de Él, pronuncia las ya bien conocidas "Siete Palabras". De los dos ladrones que crucifican con Jesús, uno se convierte y el otro muere inpenitente. El sol se oscurece y Jesús entrega Su alma en las manos de Su Padre. El velo del Templo se rasga en dos, la tierra tiembla, las piedras se parten, y muchos cuerpos de santos que dormían resucitan y aparecen a muchos. El centurión romano testifica que Jesús era verdaderamente el Hijo de Dios. El Corazón de Jesús es atravesado para asegurarse de que ha muerto. El Sagrado Cuerpo es bajado de la Cruz por José de Arimatea y por Nicodemo, y colocado en un sepulcro nuevo propiedad de José, y el sábado estaba cerca.


H. La Gloria de Jesús 



Después de que Jesús es colocado en el sepulcro, las Santas mujeres regresan y preparan aromas y ungüentos. Al día siguiente, los príncipes de los sacerdotes y los fariseos aseguran el sepulcro con guardias, sellando la piedra. Cuando hubo pasado el sábado, las Santas mujeres traen aromas para ungir a Jesús. Pero Jesús resucita temprano el primer día de la semana, se produce un gran terremoto, y un ángel baja del cielo y remueve la piedra. Los guardias se aterrorizan y se hacen los muertos. Al llegar al sepulcro, las mujeres encuentran la tumba vacía; María Magdalena corre a contárselo a los Apóstoles Pedro y Juan, mientras un ángel dice a las otras mujeres que el Señor ha resucitado de entre los muertos. Pedro y Juan se apresuran hacia el sepulcro y encuentran todo lo que la Magdalena les ha contado. María Magdalena regresa también y, mientras llora en el sepulcro, se le aproxima el Salvador resucitado y le habla. Ese mismo día, Jesús se aparece a las otras Santas Mujeres, a Pedro, a los dos discípulos que van a Emaús, y a todos los discípulos, con excepción de Tomás. Una semana después, Se aparece a todos los Apóstoles, incluyendo a Tomás; más tarde, se aparece en Galilea, cerca al lago de Genezareth, a siete discípulos; en una montaña de Galilea a una multitud de discípulos; a Santiago; y, finalmente, a Sus discípulos en el Monte de los Olivos en donde asciende al cielo. Pero estas apariciones no agotan el registro de los Evangelios, según los cuales, Jesús se apareció vivo después de Su Pasión, durante cuarenta días y habló sobre el reino de Dios.
Nota: Las citas bíblicas en castellano están tomadas de Sagrada Biblia, Versión Directa de las lenguas originales por Eloíno Nácar Fuster y Alberto Colunga Cueto, O.P., quincuagésima tercera edición, reimpresión, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, MCMXCVIII.

A.J. MAAS Transcrito por Joseph P. Thomas En Memoria del Arzobispo Mathew Kavukatt Traducido por: Dr. Raúl G. Toledo, El Salvador 

Enciclopedia Católica

Pecado, confesión y dudas


1) ¿QUE ES EL PECADO?

* El pecado es aquello que nos aleja de Dios. Cuando pecamos lo estamos ofendiendo. Nuestro espíritu se entristece al pecar, porque pierde el gozo de la presencia de Dios.
* Podemos pecar:  
_con el PENSAMIENTO:   Ej. Desearle el mal a alguien,  tener malos pensamientos, etc.
_con la PALABRA:   Ej. Mentir, insultar, faltar el respeto, etc.
_con las ACCIONES:  Ej. Ser mal compañero, ser violento, robar, etc.
_con las COSAS BUENAS QUE DEJAMOS DE HACER: Ej. Darnos cuenta que alguien nos necesita y no ayudarlo.

* TODOS SOMOS PECADORES, POR LO TANTO, TODOS ESTAMOS NECESITADOS DEL PERDON DE DIOS
* Cuando pecamos nuestro ser se debilita y necesita acercarse nuevamente a Dios para fortalecernos.
* DIOS NOS PERDONA PORQUE NOS AMA

2) ¿QUÉ ES LA CONFESIÓN?

* La confesión o RECONCILIACION es un sacramento mediante el cual DIOS BORRA NUESTROS PECADOS para que gocemos nuevamente de Su gracia.
* Se realiza por medio de un sacerdote, que es el REPRESENTANTE DE DIOS, actúa como un INTERMEDIARIO entre Dios y NOSOTROS.
* El sacerdote NO PUEDE NI DEBE REVELAR ésos pecados, están guardados bajo el SECRETO DE CONFESIÓN, es decir, que NO LE PUEDE DECIR A NADIE  LO QUE ESCUCHO DURANTE LA CONFESION.

3) ¿POR QUE LA LLAMAMOS RECONCILIACION?
* La llamamos reconciliación porque  mediante este acto nos estamos RECONCILIANDO CON DIOS al arrepentirnos y pedirle perdón por nuestras ofensas.
* La reconciliación es un ACTO DE AMOR MUTUO, es decir, de nosotros con Dios (que al amarlo le pedimos  perdón ) y de Dios con nosotros  (que por amarnos tanto nos perdona).

4) ¿QUE ES UN SACRAMENTO?
* Un sacramento es algo SAGRADO que nos dio Jesús para fortalecer nuestra relación con El y llenarnos de su GRACIA.
* Son 7: Bautismo, Reconciliación, Comunión, Confirmación, Matrimonio, Orden Sagrado y Unción de los enfermos.

5) ¿DE  QUE PEDIR PERDON?


* Pido perdón por  los pecados que cometí  por medio de mis pensamientos, de mis palabras, de mis acciones y de todo el bien que dejé de hacer.
* Cada vez que peco contra mis semejantes, lo estoy haciendo contra Dios.

6) ¿PARA QUE SIRVE CONFESARME?

* Porque es necesario volver a vivir en la Gracia de Dios que he perdido por mi pecado. Me sirve para FORTALECER MI RELACION CON DIOS, ESTAR EN SINTONIA CON EL, Y PARA NO SER ESCLAVO DEL PECADO, es decir, dejarme conducir por  Dios y no por el mal, que nos quiere alejar de El para que no seamos  felices.

7) ¿CUALES SON LOS PASOS QUE TENGO QUE HACER ANTES DE CONFESARME?

* TENGO QUE HACER LOS CINCO PASOS PARA UNA BUENA CONFESIÓN:

1.       EXAMEN DE CONCIENCIA:  analizar nuestra vida y reconocer en qué le he fallado a Dios. Tratar de recordar todos los pecados que he cometido.

2.       ARREPENTIMIENTO:  sentir el dolor verdadero de haber lastimado a quien más nos ama, que es Dios. Si no me arrepiento, la confesión no tiene ningún valor.

3.       PROPOSITO DE  NO VOLVER A PECAR: si verdaderamente amo a Dios, no lo quiero seguir lastimando, por lo que me propondré no volver a pecar. De nada sirve confesarnos si no queremos mejorar. Nadie es perfecto y todos podemos por debilidad volver a pecar, pero lo importante es esforzarnos para mejorar y acercarnos siempre a la reconciliación.

4.       CONFESAR TODOS LOS PECADOS: conversar con un sacerdote que  escuche esos pecados que recordé en mi examen de conciencia y contárselos. Jesús, por medio del sacerdote, nos perdona. Es importante decir  todos los pecados, y no callar ninguno por vergüenza. Si olvidamos alguno, Jesús, que conoce en lo secreto lo sabrá. También puedo decirlo en mi próxima confesión.

5.       CUMPLIR LA PENITENCIA: la penitencia es un acto muy sencillo que sirve para reparar las faltas que hemos cometido. Por ejemplo rezar una oración, interceder por alguien, hacer algún acto de caridad, etc.


 8) ¿COMO HACER UN BUEN EXAMEN DE CONCIENCIA?

* Puedo responderme ciertas preguntas que me orienten:
-  ¿Cómo está mi relación con Dios? ¿He hablado con El? ¿Me interesé en escuchar su Palabra?     ¿Me hice un tiempo para dedicárselo a El? ¿Me gusta conocer más de Dios?
-  ¿Cómo está mi relación con mi prójimo (familiares, amigos, compañeros, desconocidos)? ¿He ayudado a quién me necesitó? ¿He insultado o he sido violento con los demás? ¿He faltado el respeto a mis padres y a mis semejantes?
- ¿Cómo está mi relación con las responsabilidades? ¿Obedezco a mis padres? ¿Cumplo con mis tareas?
- ¿Cumplo los mandamientos?

9) ¿QUE PASA SI NO ME CONFIESO? 

* Si no me confieso estoy débil y no gozo de los beneficios de estar  en sintonía con Dios y de su cercanía. Nuestra forma de actuar y ver a los demás se hace distinta, nos hacemos más insensibles y egoístas. Es como no bañarse nunca aunque uno no haga nada que lo haga transpirar... Los pecados, aunque pequeños, nos van ensuciando el alma y nos alejan de Dios.

10) ¿PUEDO PEDIRLE PERDON A DIOS SIN QUE UN SACERDOTE ESTE PRESENTE?

* Sí, puedo pedirle perdón a Dios en mis oraciones, en donde solamente estemos Dios y yo. Es algo muy bueno y recomendable. Pero la absolución sacramental solo se obtiene acudiendo a un Sacerdote, porque así lo quiso Jesús. Por eso, es importante que hagamos las dos cosas: pedir perdón a Dios en nuestras oraciones y acudamos al Sacramento de la Reconciliación, porque el mismo Dios por medio de su  representante nos da el perdón junto con la bendición de éste Sacramento.

11) ¿POR QUE DEBO CONTARLE  MIS PECADOS A UN SACERDOTE?

* Lo que debemos comprender es que el sacerdote es sólo un INSTRUMENTO de DIOS, un REPRESENTANTE de El. Cuando nos reconciliamos, no le estamos contando los pecados a un sacerdote sino al mismo Dios por medio de El.
* El sacerdote lo que hará es escuchar sin juzgarnos, nos dirá algún consejo para que podamos mejorar y orará por nosotros . Por medio de El, Jesús no da su perdón.



12) ¿COMO ES EL RITO DE LA CONFESION?

1) NOS ARRODILLAMOS DELANTE DEL SACERDOTE, LO SALUDAMOS Y NOS HACEMOS LA SEÑAL DE LA CRUZ
2) LE DECIMOS HACE CUANTO QUE NO NOS HEMOS CONFESADO (SI ES LA PRIMERA VEZ QUE LO HACEMOS, SE LO DECIMOS)
3) LE CONTAMOS NUESTROS PECADOS DICIENDO: “PIDO PERDÓN A DIOS POR…”
4) LUEGO DECIMOS. “TAMBIEN LE PIDO A DIOS PERDON POR LOS PECADOS QUE NO ME ACUERDO”
5) EL SACERDOTE  NOS DA CONSEJOS PARA MEJORAR AQUELLOS ERRORES COMETIDOS
6) LUEGO NOS PROPONE  UNA PENITENCIA PARA REALIZAR LUEGO DE LA CONFESION (POR EJ. REZAR UN AVE MARIA, UN PADRENUESTRO, ETC)
7) EL SACERDOTE NOS INVITA A REZAR EL PESAME
8)  MIENTRAS TANTO HACE UNA ORACION POR NOSOTROS
9) NOS CONCEDE LA ABSOLUCIÓN, ES DECIR, EL PERDON DE DIOS.
10) FINALIZAMOS CON  LA SEÑAL DE LA CRUZ
11) POR ULTIMO, VAMOS AL SAGRARIO O A ALGUN BANCO DEL TEMPLO Y REZAMOS LA PENITENCIA PROPUESTA POR EL SACERDOTE (TAMBIEN SE PUEDE HACER EN CASA)

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